Como destaca el padre de la biología moderna, Charles Darwin, en su teoría de la evolución, toda vida es parte de un gran árbol de descendientes que si adquieren variaciones ventajosas, que se adaptan al ambiente local de crianza, esto los hace mas apto para sobrevivir y propagar su herencia genética. Este proceso tan fundamental lo llamamos selección natural, y escoge esta prole con características mas favorables en todo tipo de vida desde virus a los humanos.
Todos los virus son chapuceros al reproducirse porque no tienen los sistemas complejos de vigilancia que tenemos los seres humanos a la hora de duplicar nuestro material genético. La inmensa mayoría de las mutaciones que acumula un virus al reproducirse le son inconsecuentes, pero de vez en cuando, un cambio hace un mar de diferencia en su capacidad de infectar a su huésped. Por regla general, el virus no le es seleccionado el sendero de volverse mas mortal porque eso liquida a su medio de reproducción. Pero si como paso con el Covid-19, se propaga un atributo que le permita infectar con mas eficiencia. La forma G mutada de la original tipo D del Covid-19, es 10 veces más infecciosa que la versión original de Wuhan, China, destaca un estudio en la prestigiosa revista Cell sobre la cepa más nueva.
Esto se debe a que las espículas del virus que pegan esta a las células humanas es frágil y se rompe con cierta facilidad, Pero la nueva cepa D tiene "cuatro o cinco veces" más picos en la superficie del virus que le permiten permanecer intacta e infectar las células más fácilmente. La variante G parece producir más virus en las personas infectadas, por lo que es más probable que lo transmitan a otros. La buena noticia es que la nueva cepa no parece conducir a peores resultados o aumentar la gravedad de los síntomas. La cepa G es la principal variante del virus en los EU y vino de Europa vía Chicago y NY al aeropuerto Internacional Muñoz Marin. Por tanto, la mayoría de los casos en la Florida y de los viajeros a PR son la variante de Covid-19 tipo G.